CLASE 14: INDUSTRIALIZACIÓN
Francamente yo tampoco lo sé, pero puedo decirte algunos datos de los zapatos en el pasado.
Desde el siglo XV al XVII (¡200 años!) el zapato se caracterizó por ser de cuero, y hacer un par podía tardar !Hasta seis meses! Había algunas razones para esto:
- El número de personas involucradas: Para realizar un zapato no sólo se necesitaba un zapatero, el sabía cómo hacerlo, pero no hacía los materiales. Había que involucrar a un peletero (para el tipo de piel a usar) y un curtidor (para convertir la piel en cuero). Si se requería de tacones podían añadirse carpinteros y herreros. El zapatero debía pedir cada pieza y dependía de qué tan cerca estuvieran los demás negocios. No existía tanto material entonces, sólo se conseguía el que se se usaría de inmediato, por lo que si el zapatero no estaba en la ciudad dependía de viajar (que podía llevarse días) o de las ferias comerciales (una o dos al año) para conseguir el material y las personas que lo pudieran trabajar. Un zapatero en ciudad podía tardar de uno a cinco días si tenía buena suerte
- La técnica: Aunque había ruecas y otras máquinas para cardar, el proceso de hacer un zapato requería del nivel de pericia del zapatero. No existía, como hoy en día, un zapatero que cosiera como de memoria zapatos uno tras otro (de eso hablaremos en un momento), tardaban dependiendo de la capacidad, las herramientas y la cantidad de pedidos. Quizás hacer un zapato tardaba dos días, pero se entregaba en dos semanas porque sólo había un zapatero en toda la zona.
- La carga de trabajo: Como lo mencionamos, el numero de pedidos decidía cuánto tardaba un zapatero. Eso no incluye a la realeza. Un pedido de zapato de un noble inmediatamente superaba el resto de pedidos y eso podía ser uno tras otro. Era común los retardos si no había un gremio de zapateros en el lugar.
Como te habrás dado cuenta, comprarse unos zapatos era algo muy complicado. Es por eso que la gente común tenía generalmente dos pares de zapatos. Unos para uso cotidiano y otros para días especiales (cumpleaños, bodas etc.) La clásica imagen de alguien con cientos de zapatos era una utopía de princesa.
Las personas como los zapateros se les denominaba artesanos, precisamente porque hacían artesanías, objetos con todo un proceso personalizado, Porque eso si, los zapatos del artesano eran perfectos. A la medida del comprador e increíblemente duraderos.
Este modo de trabajo (en los zapatos y en todo lo demás) cambió a inicios delo siglo XVIII, cuando la máquina de vapor entró en escena. Usando el vapor a presión se logró hacer que se moviera un motor. El motor era más lento que una persona, pero tenía una ventaja. No necesitaba descansar. En 1760 se creó una máquina para hilar el algodón, a la que unos años después se le agregaría un motor de vapor.
A este periodo lo conocemos como industrialización.
El éxito de las máquinas residía en que cualquier persona podía aprender a usarlas. Antes sólo los artesanos sabían el tiempo y forma precisa de su trabajo, y aunque la máquina no podía hacerlo con la misma perfección, podía hacerlo muchas veces más rápido.
Los zapatos cambiaron en el siglo XIX cuando los ingleses crearon con máquinas zapatos para el ejército en su lucha contra Napoleón (¿recuerdas que al principio dijimos que la guerra hacía que la tecnología avanzara?) Los lugares donde estaban esas máquinas se llamaron fábricas y las personas que trabajaban en ellas obreros o trabajadores (que hacían labores, en contraposición de las artesanías del artesano). Había surgido un nuevo tipo de persona.
Las fábricas eran enormes, para poder producir mucho en un sólo lugar, y los obreros hacían sus hogares cerca de las fábricas, pues pasaban todo el tiempo dentro de ellas y era importante no tardar en llegar a descansar. Como las fábricas eran grandes eran muchísimos los obreros y muchísimas las casas. Muchas casas obligaban a poner escuelas, iglesias, hospitales, mercados... y así fue como se formaron las grandes ciudades.
Los productos de las fábricas eran menos buenos que los de los artesanos, pero como se hacían rápido eran más baratos y fáciles de conseguir. El precio bajaba mucho porque cada obrero sólo hacía una pequeña parte del trabajo, y a él sólo se le pagaba esa parte, mientras que al artesano se le pagaba todo su conocimiento y habilidad. Mira las siguientes imágenes para entender:
Si eres observador notarás que la materia prima del artesano es mucho más cara. Esto es porque al artesano lo que le interesaba era que su trabajo fuera de la máxima calidad, entonces no sólo le pagabas el trabajo, si no su conocimiento, desde seleccionar los mejores materiales hasta usar las mejores técnicas.
Mientras que la fábrica buscaba los materiales más baratos para sacarle toda la ganancia posible.
La competencia no duró mucho, y los artesanos fueron desapareciendo poco a poco.
La era de las fábricas iniciaba a finales del siglo XIX.
*--- TAREA---*
Hoy algo sencillo: Haz un breve cuadro comparativo donde pongas cuatro diferencias entre un obrero y un artesano.
Hay más diferencias de las que hablamos el día de hoy ¡Usa tu creatividad o ayúdate con tu familia!
Comentarios
Publicar un comentario