CLASE 15: LAS CIUDADES Y LOS OBREROS
Como vimos en la clase anterior, las fábricas cambiaron la vida de las personas. Muchísimas dejaron el campo o sus talleres para buscar sustento, pues el dinero, aunque poco, llegaba constante (lo que llamamos salario) Además de que las fábricas creaban un punto de reunión. Para poder ganar dinero de una fábrica lo importante no era trabajar bien, si no trabajar mucho, así que los obreros se iban a vivir cerca de las fábricas para no perder tiempo y trabajar más horas. Los que se mudaron tarde buscaron formas de llegar más rápido, así vino el auge de los velocípedos, las primeras bicicletas.
Como las fábricas creaban mucho dinero, los propietarios continuamente buscaban nuevas formas de producir más rápido. Los motores de vapor tenían una velocidad límite y sólo funcionaban muy bien en los trenes (donde lo importante era cargar mucho, no llevarlo rápido). Coincidió que en 1876 Thomas Alva Edison logró crear el primer foco, con lo que comenzaba la era eléctrica. Este fue el golpe de gracia a los artesanos, ya que los focos permitían que las fábricas empezaran y terminaran de trabajar cuando ya estaba oscuro. (De aquí data la bonita tradición de entrar a trabajar a las seis de la mañana).
La vida ya empezaba a parecerse mucho a la actual, pero entre más aumentaban las ganancias, un problema aumentaba a la misma velocidad.
Los dueños de las fábricas eran los más felices de este periodo, sólo conseguían máquinas, contrataban obreros y recibían las ganancias. Su única obligación con los obreros era pagarles el salario y nadamás.
Si un obrero se enfermaba, no tenía que protegerle
Si un obrero se lastimaba, tenía que curarse sólo
Si un familiar de un obrero moría, el obrero debía presentarse a trabajar, o de otra manera no podía cobrar.
Además, el dueño de la fábrica podía contratar mujeres y niños para las tareas más simples. A ambos se les pagaba mucho menos y tampoco le añadía más obligaciones al dueño. Los niños enfermaban de asma (si les iba bien) o de cáncer (si les iba mal) y las mujeres constantemente tenían lesiones en manos y pies por las largas extensiones de trabajo.
Porque además, el trabajo duraba de 12 a 16 horas, es decir, se entraba a trabajar a las 6:00 am y se salía a las 10 DE LA NOCHE.
Sin horas de comer ni mucho menos.
Y si el obrero se quejaba, entonces bastaba con despedirlo y contratar uno nuevo, porque ya en esta época, empezó a surgir el desempleo, y siempre había gente desesperada buscando trabajo.
En 1848, un alemán se dio cuenta de estos abusos, y cayó en un idea muy lógica. Los obreros eran muchos, MUCHOS más que los propietarios de las fábricas, y los obreros no se habían dado cuenta de algo: Juntos eran MUCHO más fuertes que todos los propietarios.
Así que junto a su amigo llamado Friedrich Engels creó un manual muy pequeño para los trabajadores, que se repartiera de mano en mano y fuera fácil de leer, y lo llamó El manifiesto del partido comunista.
Este hombre se llamó Karl Marx
Y su libro no funcionó... por ahora...
*---TAREA---*
Volvamos a trabajar con tu libro. Trabajaremos con las páginas 57 y 58
- Con la página 57 realiza únicamente la actividad 3. Apóyate en el texto anterior a la actividad para resolver ese cuadro
- Con la página 58 realizaremos la actividad 5. Lo siento mucho pero tendrás que preguntar en casa para completar esta actividad. Ánimo, que es posible
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