CLASE 21: LA TECNOLOGÍA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Si hay algo que es un hecho es que las guerras no se pueden ganar únicamente con el músculo. Como la historia misma nos ha enseñado, hacer una pelea sin inteligencia es condenarse a la derrota. A diferencia de la primera guerra mundial, en la segunda los países no experimentaban con armamento, y más bien se esforzaron por crear tecnología que ayudara a que terminara más rápido la guerra.

El día de hoy damos un repaso a aquellos avances tecnológicos que surgieron con la necesidad de la guerra y que tras el incidente bélico se trasladaron a la vida real. 

I. La aviación

Los aviones fueron a la segunda guerra lo que las trincheras fueron a la primera. El aire se convirtió en el elemento clave debido a que surgieron los aviones bombarderos. Esta era una manera efectiva de acabar con las resistencias enemigas, además de que volvieron inútiles a las trincheras. Como era necesario que el avión llegara a una buena altura, además de que un bombardero llevaba más gente de lo normal, se impulsó el desarrollo de la cabina presurizada, que es cuando se bombea aire comprimido a la cabina de un avión. 

Adicional a esto, se extendió la fabricación de diferentes modelos de cazas (para disminuir la resistencia del aire y aumentar la velocidad), la creación de aviones con mayor capacidad (para transportar armas, suministros y soldados) y la mejora del blindaje, elementos que al terminar la guerra aumentarían muchísimo el uso comercial de la aviación.

II. El radar.

Al inicio de la segunda guerra mundial los ingleses decidieron crear un "rayo de la muerte", que consistía en una especie de láser para calentar las cabina... naturalmente la cantidad de energía dirigida a un sólo punto y el tiempo requerido era imposible, sin embargo, se descubrió otra cosa. Robert Watson-Watt y su asistente Arnold Wilkins comprendieron que las interferencia de ondas de radio podía localizar a un avión. Esto era crucial porque se podía predecir el movimiento y la ubicación de una nave sin necesidad de verla. 

Al terminar la guerra, su uso se trasladó a los aeropuertos, donde ha asistido desde entonces a regular el tráfico aéreo, incluso en condiciones climatológicas adversas.

III. La penicilina

Alexander Fleming descubrió por error, en 1928, un hongo que era capaz de aislar y destruir bacterias. Aunque presentó sus avances, nadie le puso demasiada atención. Años después se demostró su uso médico, pero el cultivo era tardado y caro. Finalmente, en 1939, más de diez años después, los laboratorios de guerra en EUA diseñaron un método de cultivo masivo que fue destinado, de manera inicial, al sector militar, lo que contribuyó a salvar muchísimas vidas, ya que el principal uso de la penicilina es para frenar infecciones.

La penicilina se convirtió también en el antibiótico más barato que existe y ahora es fundamentar en el tratamiento de infecciones, que van desde las laringitis hasta enfermedades de transmisión sexual. Su uso ha sido la base para combatir enfermedades en todo el planeta.

IV. M&M

El chocolate es parte de la dieta fundamental de un soldado. Es rápido de consumir, sube la moral y da un gran contenido de calorías. Durante el periodo entreguerras se experimentó para llevar barras de chocolate al frente de batalla, pero en la guerra civil española su creador observó cómo recubrir con azúcar el chocolate lo ayudaba a resistir altas temperaturas.

La idea aumentó en EUA por lo que los chocolates se produjeron para los soldados. Fácil de llevar y resistente, cuando terminó la guerra comenzó su expansión comercial.

V. La computación.

Dejamos para el final el avance más crucial. Durante la segunda guerra mundial enviar instrucciones que el enemigo no entendiera era sumamente importancia, por lo que tuvieron auge las máquinas de encriptación. Los alemanes en particular dependían mucho de una máquina llamada Enigma, que tenía un gran nivel de seguridad.

Matemáticos e ingenieros de muchas nacionalidades, pero en específico polacos, franceses, españoles e ingleses lucharon de muchas maneras para romper los códigos y dar información a los aliados, y el más importante de ellos fue Alan Turing, que desarrolló una contramáquina para decodificar los mensajes del enemigo.

En paralelo, junto con sus postulados teóricos sobre la inteligencia artificial, creó las bases de la computación moderna, por lo que es el gran responsable del modo de actuar del siglo XXI.