CLASE 21: INICIOS DEL MÉXICO INDEPENDIENTE
Uno de los más grandes impactos que tiene la vida de una persona es cuando debe independizarse. Los primeros días son los más difíciles puesto que nadie sabe exactamente cómo llevar una casa. Y si los gastos se comienzan a acumular hace que las personas se comiencen a endeudar hasta que logren cierta estabilidad.
Ahora, si con una persona es complicado, con un país es lo mismo a mayor escala. Nuestro país, tras su fundación, se encontró en un lugar muy difícil. Por una parte, nadie tenía dinero, porque todos los ingresos llegaban de la Nueva España. Y aunque había mercancía para el comercio, nadie compraba o vendía porque no se reconocía al país todavía. Por lo tanto, aunque había felicidad por el cambio, todo se transformó casi de manera inmediata en preocupación y desacuerdo.
Para colmo, Iturbide, el gran ganador de la independencia, decidió crear un imperio con él a la cabeza. Se nombró Agustín I y se convirtió en emperador. Esta acción creó dos bandos: por una parte los que al ver lo mal que se conducía el gobierno empezaron a añorar a la Nueva España, y por otra parte los que no querían tener nada que ver con monarquías, y que aspiraban a una república, similar a los EUA.
Con todo, en 1823 Iturbide fue derrocado por la rebelión de un general: Antonio López de Santa Anna
Los problemas económicos se solventaron con préstamos del extranjero y medianamente se recuperó la población, pero se comenzó a centralizar la población, es decir, que sólo se quedaba en las grandes ciudades del sur, mientras que en el norte no vivía nadie. Adicional a eso, las personas que tenía progreso sólo eran las que habían hecho riqueza en la Nueva España, por lo que las que estaban fuera del círculo (incluidos los insurgentes que sobrevivieron a la lucha) poco pudieron hacer para mejorar su situación.
Con el fin de buscar formar un país en forma, se unió lo que se tenía y se comenzó a formar el proyecto que resultaría en la constitución de 1824
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