LA GUERRA DE REFORMA (PARTE 1)
Como ya has leído en este regreso del curso, el pensamiento mexicano se encontraba dividido sobre el curso que debía seguir el país. Toma en cuenta que en el siglo XIX aún existían los grandes imperios y nuestro país estaba muy acostumbrado al tipo de vida que proporciona una división de clases de este tipo, la iglesia más que ningún otro.
Por lo tanto, en el país estaban dos bandos. Por uno, el grupo de empresarios y religiosos que querían volver al lujo antiguo, que llamaremos el bando conservador. La otra corriente de mexicanos era la que estaba más abierta al cambio, pero no exactamente de manera muy original. A diferencia de los conservadores, que querían el modo de vida europeo, ellos ansiaban emular a los Estados Unidos. El federalismo les conquistaba la idea no sólo por a oportunidad de poder que presentaba, si no por la riqueza que podía atraer. Parecía ser que México era el más enterado de lo que pasaba con el futuro gigante americano, a quien menospreciaban en el otro lado del mundo, por lo que sabía que su modelo de gobierno podía tener ganancias
A este segundo bloque se les dio el nombre de liberales.
Entonces, aunque ambas formas querían mejorar al país, el método les difería mucho, por lo que cada una pensaba que sólo obteniendo el poder se podían aplicar sus ideas.
En 1856, durante el gobierno de Ignacio Comonfort, se promulgaron un puñado de leyes que tenían como fin la modernización del país, pero que en la población calaron mal, porque removían muchos de los privilegios que tenía la iglesia y obviamente los sacerdotes voltearon a la población. No tardaría mucho en promulgarse la constitución de 1857, donde se declaraba la libertad de culto (es decir, que la iglesia católica ya no era la obligatoria) y se confirmaba el distanciamiento de la religión y el gobierno. Pero antes de llegar a eso se provocó la renuncia de Comonfort y la creación de un nuevo gobierno.
Lo lógico sería que Benito Juárez (presidente de la Suprema Corte de Justicia en ese momento) fuera el que ascendiera al poder. Pero los conservadores aprovecharon los huecos legales para obligar a la elección de un presidente acorde a sus necesidades como lo era Ignacio Comonfort.
Con esto se marcó el inicio del conflicto armado, entre la intervención de EUA y la segunda Francesa
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