LA GUERRA DE REFORMA (PARTE 3: LA GUERRA DE TRES AÑOS)
Con la constitución en marcha la división fue completa. De un lado los conservadores tenían una mejor posición porque, como recordarás, el respaldo de los sectores más influyentes que quedaron de la colonia estaba de su lado. A ellos los dirigía un binomio militar: Los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía.
Por el lado de los liberales, la capitanía de sus fuerzas quedó en manos del legendario general Santos Degollado, quien en su momento había derrotado a las fuerzas de Antonio López de Santa Anna en los últimos tiempos de poder del expresidente. Santos tenía la peculiaridad de poder levantarse muy rápido de las derrotas, habilidad que le valdría en la primera etapa de la guerra.
Los conservadores, al haber sido más rápidos que Juárez para poner en el gobierno central a Félix María Zuloaga tenían el control de la capital, y con ello la ventaja del posicionamiento y de recursos. Los conservadores comenzaron la guerra ganando en tres batallas: En Salamanca y Celaya en Guanajuato en y Atenquique Jalisco. Santos Degollado lograba reagrupar fuerzas rápido pero Miramón le ganaba las partidas con facilidad. Juárez, mientras tanto, tenía que mover su gobierno de estado a estado para evitar la prisión.
De cierta manera, para las personas comunes, el presidente normal era Zuloaga y Juárez alguien que luchaba por todo el país.
Aunque el comandante Manuel García Pueblita logró arrebatar una victoria, los liberales volvieron a perder en Ahualulco, Guadalajara y Tacubaya, donde una vez más Santos Degollado logró escapar milagrosamente, de ahí fue a Colima, formó otro ejército y viajó a Veracruz para cubrir a Juárez. A inicios de 1859 la suerte cambiaba de bando y los conservadores no volverían a tener victorias desde la de Tacubaya. El escenario cambiante que favoreció a Juárez le permitió promulgar las leyes de Reforma, que son las que le dan el nombre a esta guerra.
Comentarios
Publicar un comentario